domingo, 14 de octubre de 2007

Introducción

Que maravilla para nosotros los Buholzer, colocar nuestro apellido y en seguida tener entrada al blog, donde después de la bienvenida en primer lugar está toda la descendencia de cinco generaciones, partiendo de Alberto y Rosina.
Naturalmente que se debe anotar también la dirección obligada para todos los blogs, es decir: buholzer.blogspot.com

Ha observado que basta con solamente anteponer buholzer y en los blogs de internet instantáneamente, como por arte mágico, se abren las puertas al interminable mundo de las memorias de Raúl Buholzer. Con esta simple varita mágica pasa usted de inmediato a conocer 9 blogs.
Felizmente nuestro apellido en el mundo ha sido llevado por seres humanos pacifistas ubicados en Suiza, o sea, en el centro del convulsionado mundo europeo. El 99,99% de las familias Buholzer viven actualmente en Suiza. De allí surgió mi abuelo, el titán precursor de los Derechos Humanos. Alberto Buholzer Hochstrasse fue además, un poderoso industrial que conoció medio mundo. Mantuvo una increíble pasión de amor por Rosina.

Esta pasión de Alberto por Rosina la puede leer pinchando en: historiasderaul.blogspot.com/2007/07/breve-historia-sobre-mi-abuelo-alberto.html

Por encargo y deseos de mi abuelita Rosa Schraub Feldbausch estoy haciendo estas memorias de parte de la vida de ella para que sean conocidas por sus descendientes. Mi abuelita Rosa asistió a mi matrimonio con Marta, en Valdivia, como usted seguramente ya lo vio en la foto del encabezamiento del árbol genealógico. Ella destinó de sus ahorros una cantidad de dinero para que yo, una vez terminado mis estudios secundarios, viajase a Europa y visite a sus parientes Schraub en Alemania. Por otro lado, ella quería que sus descendientes conocieran el enorme mundo de la elevada cultura de donde ella procedía. Asimismo ella quería que yo viajara a Suiza y visitara a los familiares de mi abuelo. Se trataba de saber de dos hermanas de mi abuelo, cuyo contacto se había perdido. Terminado mis estudios secundarios me entusiasmé por seguir estudiando matemáticas y física en la universidad. Seguí estudiando en el Pedagógico de la Universidad de Chile. Los deseos de mi abuela los pude comenzar a apreciar cuando me vine a Europa y ella tenía razón. Este es un mundo con derechos humanos muy elevados. Un solo botón de muestra lo demuestra. Aquí no hay cesantes y los que se dicen cesantes, por no tener trabajo, reciben gratuitamente del estado un mínimo mensual que les permite vivir sin grandes diferencias con el resto de sus compatriotas.

La verdad sobre la realidad económica de un país se mide por la cantidad de dólares que ese país dispone anualmente de promedio por cada persona, o sea per cápita. Suiza encabeza la lista de los países que gozan de alto desarrollo y por lo tanto este promedio per cápita es uno de los mejores del mundo. Esto se debe a que Suiza, entre otras cosas, es un país que no tiene necesidad de malgastar su presupuesto en armas sofisticadas de ningún tipo. Ha sido y es la catedral del pacifismo. Ha sido y es el ejemplo internacional de manejar la economía. Ha sido y es el país de mayor tolerancia y convivencia entre sus ciudadanos, tanto es así que tiene regiones donde la gente habla alemán, o francés, o español y no se hacen discriminaciones odiosas de cuál es el idioma mejor, ni de cuál procedencia es éste, o el otro de sus habitantes. Todos los suizos tienen el mismo derecho, hablen el idioma que hablen y sean del color que sean. Resuelve todos sus problemas principales lanzando plebiscitos para que toda la ciudadanía se pronuncie.
Tú eres suizo por derecho, vivas en el país que vivas, si eres de la primera, o de la segunda, o bien de la tercera generación de Alberto Buholzer Hochstrasse. Buena herencia, ¿no?

Personalmente he tenido la agradable experiencia de que, hace unos años, el gobierno suizo, mediante su Cónsul General en Chile, me ha prestado una ayuda humanitaria impagable en momentos difíciles. Todo esto por considerarme ciudadano suizo, por el hecho de ser de la segunda generación de Alberto Buholzer Hochstrasse. Aparte de esto, después del desastroso terremoto y maremoto del año 60, sabiendo que habían ciudadanos suizos en las zonas terremoteadas, el gobierno suizo nos ofreció su ayuda. Como argumentamos que no éramos ciudadanos suizos directamente damnificados, entonces pedimos repartir la ayuda ofrecida a los pescadores de Toltén que habían perdido sus casas por el maremoto. El gobierno suizo les construyó una gran cantidad de casas en avenida especial ex profeso para todos ellos y sus familias, en Toltén.

El legado de mi abuela Rosina Schraub Feldbausch.
Hace aproximadamente 120 años, mi abuelita Rosina tenía 16 años, se había educado en el mundo europeo, donde el respeto por las demás personas y la cultura de sus habitantes eran del más alto nivel del mundo. Ella fue trasplantada de este mundo con una envidiable cultura, a un lugar donde los Derechos Humanos regían parcialmente sólo para los grupos comunitarios, ya sean suizos, alemanes, españoles. Es históricamente conocido que los primeros españoles que llegaron a América eran analfabetos, y argumentaban que los indios araucanos, no sólo no podían ser cristianos, sino que eran un eslabón entre el mono y el hombre. Podían matar a los mapuches sin ser castigados, ni juzgados. Rosina y Alberto se vieron sumergidos en un mundo en el que había que predicar lo contrario, de lo que los araucanos eran seres racionales y su vida tan valiosa como la de cualquier europeo. Alberto hizo traer una imprenta de Suiza y él se puso a la cabeza del taller de impresión, donde se imprimían noticias y su editorial se caracterizaba por acentuar los Derechos Humanos. La abuelita le enseñó a todos sus hijos, que todos los seres humanos tenían por igual derecho a la vida. Ninguno de sus hijos fue, felizmente, inconsecuente con esta posición filosófica.

En resumidas cuentas la abuelita me entregó y me convenció de que yo les hiciera claridad a sus descendientes cuál fue siempre su posición filosófica. Ella estaba convencida de que yo recibiría una gran experiencia que me acompañaría de por vida visitando este otro mundo, donde una gran parte de las personas tenía una posición altamente desarrollada con respecto a los ahora conocidos Derechos Humanos. Ella y mi abuelo no concebían la administración de un país sin una limpia democracia. Sus deseos eran que yo se los diera a conocer, aparte de lo que ella ya hacía, a sus descendientes y a mis descendientes. Por esto de hacer un árbol genealógico, yo cumplo el primer deseo de ella, que todos sus descendientes se conozcan entre si. Por ahora ya he recibido con agrado el deseo de encontrarse en este árbol genealógico a familiares de: Ancud, Temuco, Santiago, Quilpué, Quillota, Iquique, España y Alemania.

El segundo deseo de mi abuelita era que yo visite Suiza, que ya en esos años en los que mi abuelo dejó su patria, este país era un lugar de los más avanzados de Europa y que mi abuelo se lo describía a ella como el país que gozaba de una ejemplar democracia. Esto de describir a Suiza y mostrarles a ustedes mediante este sistema de blogs, como es este país y lo más importante cómo viven de unidos los Buholzer, lo haré en la segunda parte de estas memorias, en un medio año más adelante. Les anticipo que esto es muy interesante, ya que los Buholzer desde hace muchos años en forma tradicional se reúnen bajo una enorme carpa, de 100 metros de largo, en una de las calles de Zurich. Por ahora vea usted en la fotografía adjunta como nos hemos abrazado en las calles con un grupo de nuestros compatriotas suizos.
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Nota:
foto 1: 2006.06.16 Raúl y los suizos, en Colonia.

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